Cuando pensamos en el consumo energético de una moto eléctrica, muchos imaginan cifras elevadas, como si cargar una batería fuera comparable a enchufar un electrodoméstico de gran potencia. Pero la realidad es sorprendente: una moto eléctrica Velca consume, de media, menos electricidad que tu nevera de casa.
El dato que cambia la percepción
Un frigorífico medio en España consume entre 300 y 400 kWh al año, funcionando 24 horas al día, 365 días al año. En cambio, una moto eléctrica de uso urbano, recorriendo unos 5.000 km al año, apenas necesita entre 150 y 200 kWh para cargarse durante todo ese periodo.
Esto significa que desplazarte en moto eléctrica durante un año entero gasta menos energía que mantener tu nevera funcionando. Y lo mejor: esa energía no se “desperdicia”, sino que te da libertad de movimiento, agilidad en la ciudad y ahorro en combustible.
¿Por qué consume tan poco una moto eléctrica?
La eficiencia es la clave. Mientras que un motor de combustión apenas aprovecha el 30% de la energía del combustible, los motores eléctricos alcanzan eficiencias superiores al 85%. Además, las motos eléctricas Velca están diseñadas para entornos urbanos, donde las paradas, arranques y velocidades moderadas hacen que el consumo sea aún más optimizado.
Ahorro que se nota en la factura
Traducido a euros, cargar una Velca ONE cuesta aproximadamente 0,40 € por cada 100 km recorridos, dependiendo de la tarifa eléctrica contratada. En comparación, recorrer la misma distancia con una moto de gasolina puede costar entre 5 y 7 €, según los precios actuales del combustible.
No solo se trata de gastar menos electricidad que tu nevera: se trata de moverte por la ciudad de manera más económica que nunca.
Más allá del ahorro: sostenibilidad y responsabilidad
El dato del consumo eléctrico también pone en valor la sostenibilidad. Una moto eléctrica Velca no solo reduce emisiones directas, también optimiza el uso de la energía que ya consumimos en nuestro día a día. Si un electrodoméstico imprescindible como la nevera convive con nosotros de manera eficiente, ¿por qué no lo haría también un vehículo diseñado para mejorar la movilidad urbana?
Conclusión
Decir que una moto eléctrica consume menos que una nevera no es un eslogan: es un dato real que demuestra que la movilidad eléctrica no solo es sostenible, sino también accesible, eficiente y lógica para el bolsillo. La próxima vez que alguien dude del coste energético de cargar una Velca, ya tendrás la respuesta: tu moto no gasta más que ese electrodoméstico que lleva encendido toda tu vida.
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