En España, la Dirección General de Tráfico (DGT) está moviendo piezas para implantar un nuevo curso obligatorio para aquellos conductores con carné de coche que quieran manejar una moto de hasta 125 cc. Suena bien, ¿no? Mejorar la seguridad vial siempre es un objetivo loable. Sin embargo, ¿realmente esta medida tiene el impacto que la DGT espera? No lo tenemos tan claro y alertamos de que este curso puede ser más un obstáculo que una solución.
¿Qué está pasando con las motos de 125 cc?
Para quienes no estén familiarizados, en España los conductores con carné de coche (B) pueden manejar motos de hasta 125 cc sin necesidad de un permiso adicional. Esto ha facilitado que muchas personas den el salto a las dos ruedas como una alternativa más rápida, económica y ecológica para moverse, especialmente en ciudades congestionadas. Ahora, la DGT, bajo la dirección de Pere Navarro, planea implementar un curso obligatorio para estos conductores. La idea, en teoría, es mejorar la seguridad vial, pero ¿a qué costo?
Francia como advertencia: ¿Qué pasó con un curso similar?
No nos guardamos las palabras al advertir que este movimiento podría tener un efecto devastador en el sector de las dos ruedas, tal y como sucedió en Francia en 2011. En aquel entonces, el gobierno francés implementó un curso similar para los conductores que querían subirse a una moto de 125 cc con su carné de coche, y el resultado fue un auténtico desastre: el mercado de motocicletas se desplomó en un 40%.
Este antecedente debería hacernos reflexionar. Actualmente, en España, las motos de hasta 125 cc representan más del 50% de las ventas en el mercado de las dos ruedas. Si la historia se repite, la implantación de este curso podría significar una caída dramática en las ventas de este segmento, lo que afectaría a toda la industria, incluyendo el sector de la movilidad eléctrica, que ya enfrenta desafíos serios.
¿Realmente mejorará la seguridad vial?
Aquí es donde nuestra reflexión toma fuerza. La DGT justifica la implementación del curso en nombre de la seguridad vial, pero ¿realmente es la medida adecuada? Según datos de la propia DGT, el perfil del motorista fallecido en accidentes de tráfico no se corresponde con el tipo de usuario que manejaría una moto de hasta 125 cc con carné de coche. De acuerdo con las estadísticas, el perfil es el siguiente:
- Hombre entre 35 y 64 años
- Con más de 10 años de antigüedad en el carnet
- 8 de cada 10 fallecidos en carreteras convencionales
- 2 de cada 3 muertos en motocicletas de alta cilindrada
- La mayoría de los accidentes mortales se producen por salidas de la vía
Entonces, si el perfil de riesgo está en las motos de alta cilindrada en carreteras convencionales, ¿por qué penalizar a los usuarios de motos de 125 cc en entornos urbanos? Para nosotros, este curso no solo no resolverá el problema de seguridad, sino que además desalentará a muchos conductores que estaban considerando complementar su movilidad en coche con una opción en moto.
Por ejemplo; resuelve el problema del espacio en las ciudades
¿Qué significa esto para la movilidad? ¿Y para la movilidad eléctrica?
El mercado de las motos eléctricas ya enfrenta sus propias dificultades. En un contexto donde se espera que las ventas de vehículos eléctricos crezcan, las cifras de 2023 fueron todo menos alentadoras para las motos eléctricas. Por más de que nosotros crezcamos, el mercado general del canal particular no. Existe una caída en ventas del 38,07%, y el inicio de 2024 ha sido aún más desastroso, con una reducción del 40,21%. La movilidad eléctrica está sufriendo, y la idea de implementar un curso obligatorio podría ser la estocada final para un sector que necesita apoyo y no trabas adicionales.
Además, ¿qué pasaría con todas las motos de sharing que están disponibles en las ciudades y son de 125cc?
Para nosotros, la industria de la movilidad eléctrica no puede permitirse más caídas. La situación ya es preocupante, y este tipo de regulaciones solo añadirán leña al fuego en un momento en que la industria necesita incentivos y no barreras. Y ya no nos paramos en incentivos; pero al menos apoyos.
El Plan MOVES: Un intento fallido de fomentar la movilidad eléctrica
Como si fuera poco, también criticamos la falta de eficacia del Plan MOVES. Este plan de incentivos para la compra de vehículos eléctricos no está funcionando como debería. ¿Por qué? Los incentivos no son directos ni inmediatos, deben declararse, y son excluyentes al no incluir a ciclomotores eléctricos.
En lugar de ser una ayuda real para los compradores, el Plan MOVES parece ser más un dolor de cabeza burocrático. Para una persona que quiere comprar una moto eléctrica de 125 cc, la falta de apoyo inmediato y accesible significa que muchos desisten de la idea. ¿Cómo esperamos fomentar la movilidad eléctrica en un contexto así?
La DGT y el papel de la administración
Emilio Froján, CEO y cofundador de Velca, lamenta que las autoridades estén creando "inclemencias" en lugar de facilitar la transición a una movilidad más limpia y eficiente. La implementación de políticas como el curso obligatorio y la ineficacia del Plan MOVES son ejemplos de cómo la administración, en lugar de fomentar la movilidad sostenible, la está obstaculizando.
Froján señala que "hay mucha disparidad de criterios" en la implementación de normas y regulaciones. Cada municipio parece tener su propia interpretación de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) y de las políticas de movilidad, lo que confunde no solo a los residentes sino también a los visitantes. Para él, es crucial establecer un marco común que fomente una movilidad que ocupa menos espacio, es más ecológica y reduce el ruido en las ciudades.
¿Cuál es el futuro de las motos de 125 cc y la movilidad eléctrica?
Si el curso de la DGT sigue adelante, podríamos estar ante un retroceso significativo en la adopción de las motos de 125 cc, y en particular, de las motos eléctricas. Esto no solo afectaría a marcas como Velca, sino también a todos aquellos conductores que buscan alternativas de transporte más ecológicas, económicas y eficientes.
El curso obligatorio, si bien tiene un objetivo de seguridad, parece mal enfocado. En lugar de mejorar la seguridad vial, podría ahuyentar a potenciales usuarios que estaban considerando el cambio de coche a moto, o simplemente buscaban una opción complementaria para sus trayectos diarios. Y todo esto, mientras el verdadero problema de seguridad sigue siendo el usuario de motos de alta cilindrada en carretera.
¿La solución? Un enfoque inteligente y menos restrictivo
Para que la movilidad eléctrica y las motos de 125 cc prosperen, se necesita un enfoque más inteligente y menos restrictivo. Es fundamental que las políticas de movilidad se centren en apoyar el cambio hacia alternativas más sostenibles y que realmente consideren el perfil de riesgo al que intentan proteger. Penalizar a los usuarios de motos de baja cilindrada no parece la mejor manera de lograrlo.
Desde nuestra perspectiva, el futuro de la movilidad en España no debería estar en la imposición de cursos obligatorios que desmotivan a los usuarios, sino en incentivos claros, efectivos y accesibles que impulsen la adopción de alternativas sostenibles. La administración debería facilitar el camino, no añadir más obstáculos.