En los últimos días hemos visto muchos comentarios sobre nuestra prueba real de autonomía: recorrer los 420 kilómetros que separan Madrid de Valencia con nuestra nueva maxiscooter: la Velca EON.
Sí, la moto tiene 290 km de autonomía, y sí, hicimos dos paradas durante el trayecto. Y, sinceramente, no entendemos el drama. Porque si lo piensas bien… ¿acaso un viaje en moto de combustión es tan diferente?

Viajar en eléctrica: otra forma de disfrutar el trayecto
Con la Velca EON, el viaje dejó de ser una carrera contra el reloj para convertirse en una experiencia en sí misma. El trayecto duró unas cinco horas y lo hicimos con dos paradas planificadas para descansar, comer y cargar la batería. En cada una de ellas, mientras la moto recuperaba energía, nosotros hacíamos lo mismo: un café, algo ligero de comida, un poco de aire fresco… y vuelta a la carretera.
Además, viajar en una moto eléctrica cambia completamente la forma de moverse. A diferencia de una moto de combustión, el silencio, la suavidad y la ausencia de vibraciones hacen que todo sea más relajado y más consciente. La EON convierte el desplazamiento en algo mucho menos cansado y en un disfrute pleno del camino.

Comparando: eléctrico vs combustión en un viaje largo
Aspecto | Moto de combustión | Moto eléctrica (Velca Eon) |
Ruido | Constante y alto | Silenciosa, relajante |
Paradas | 2 o 3 para descansar o repostar | 2 o 3 para descansar y cargar |
Coste por trayecto | 20-30€ en gasolina | 3-5€ en electricidad |
Experiencia de conducción | Más estrés y vibración | Más calma y disfrute |
Emisiones | CO₂ y gases contaminantes | Cero emisiones |
Al final, la diferencia real no está en el tiempo, sino en la mentalidad. Quien entiende la movilidad eléctrica sabe que no se trata de correr más, sino de viajar mejor, de disfrutar el trayecto con otra perspectiva y con un ritmo que prioriza la experiencia sobre la prisa.
Más pausas, menos prisas: el nuevo lujo de moverse
Vivimos en una época en la que todo se mide en minutos, en la que la prisa parece gobernarlo todo. Pero, ¿y si el verdadero lujo fuera precisamente parar un poco más? Las motos eléctricas nos invitan a hacerlo y, de alguna manera, nos obligan —para bien— a reconectarnos con el trayecto, con el entorno y con nosotros mismos.
Además, no podemos olvidar algo esencial: los puntos de carga son cada vez más accesibles y prácticos, y la autonomía de modelos como la Velca EON —con sus 290 km reales— es más que suficiente tanto para el día a día como para escapadas de fin de semana.

El viaje eléctrico no es una limitación, es una elección
Nuestro viaje Madrid–Valencia no fue un reto técnico, sino una demostración práctica de que una moto eléctrica como la Velca puede con todo, incluso con los mitos que todavía arrastra la movilidad eléctrica. A medida que más personas se atreven a probarla, la conversación cambia: hay menos miedo, más disfrute y una percepción mucho más realista de lo que una eléctrica es capaz de ofrecer.
Porque, al final, la cuestión ya no es si una moto eléctrica puede hacerlo —porque está claro que ya lo hace—, sino si estamos dispuestos a cambiar el chip. Este tipo de viajes no solo desmontan dudas, sino que abren una nueva forma de entender la carretera y nuestra relación con ella.
Conclusión: la autonomía no te limita, te libera
Viajar en una Velca no es simplemente desplazarse de un punto a otro, sino hacerlo con un propósito distinto. El silencio, la ausencia de emisiones y la falta de estrés cambian por completo la forma de entender la carretera. Es una manera de moverse que te invita a estar más presente, más consciente y en mayor sintonía con el entorno, convirtiendo cada tramo en algo más que un simple traslado.
Y si para llegar a Valencia haces dos pausas, enhorabuena, porque lo que realmente has descubierto es el valor de disfrutar del camino. Es permitirte otro ritmo, entender que el viaje también forma parte de la experiencia y que esas pequeñas paradas son, en realidad, momentos que hacen que todo cobre sentido.